31 de julio de 2008

La Columna del Odio: PC City

"¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen... y observen con cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia."
(El Corazón Delator, Edgar Allan Poe)
Todo empezó un caluroso lunes 28 de julio, cuando yo y un amigo (y me pongo a mí delante porque suena mejor) veíamos tranquilamente Snatch en Cinetube. Al término de la tercera parte, y entrando ya en el clímax de la película, nos dimos cuenta horrorizados de que el sonido se había ido.
Nos miramos con caras de mudo temor, miramos la pantalla y la sucesión de imágenes mudas, como sacadas de El Gordo y el Flaco, pero sin esa horrible musiquilla de piano. Por fin, uno de nosotros rompe el silencio.
-¿Qué sucede?
No hay respuesta, sólo una pizca de satisfacción al comprobar que, en efecto, no nos hemos vuelto sordos. La opción no es mucho menos terrible.
Miramos de reproducir una canción en el Reproductor de Windows, y funciona, por lo que llegamos a la conclusión de que lo único que no se oye es Internet.
Reiniciamos, y resulta ser un error fatídico. Al volver en sí, el ordenador entero está tan mudo como Internet, y los altavoces no existen.
Es ésta una conclusión desacertada, pues los vemos. Están ahí, e incluso cuando alargo la mano para tocarlos y cerciorarme de que no son un holograma puedo sentir su tacto en las yemas de los dedos y un escalofrío que me recorre la columna.
El siguiente paso es mirar si están bien conectados, y al ver que así es, comprobamos su funcionamiento enchufando un reproductor portatil de MP3.
Funciona, y durante los siguientes días vivo a base de la música del reproductor portátil.
Hasta el día de hoy, aprovechando que un gentil amigo de mi abuelo, al verme, ha decidido, sin comerlo ni beberlo, regalarme 50 euros.
Al ver el billete mi corazón da un vuelco y late al ritmo desbocado de el tercer movimiento del Verano de Vivaldi.
A la tarde me preparo, me pongo mi MP3 con un casco roto, y camino hacia PC City con la esperanza (y estando aconsejado por mi primo) de comprarme una tarjeta de sonido externa.
Tras un cuarto de hora de caminata intensa, la enorme nave de PC City se alza sobre el horizonte como una gran caja de zapatos sobre el suelo de mi habitación. Al entrar en la caja de zapatos me siento como un forense que entra a una cámara mortuória, fría y esterilizada.
El único problema reside en que yo no voy a ver cosas bonitas, no, yo vengo a buscar una tarjeta de sonido, externa, para más señas, y la inmensidad del espacio, unida a mi miopía y que ese día no llevaba las gafas puestas hace que tenga que hacer un esfuerzo sobrehumano para no sentarme en el suelo.
En ese momento empieza la caza de camisas púrpura (aunque una parte de mí, una muy pequeña parte de mí, siempre pensará que eran violetas), y doy vueltas buscando, pero todas están ocupadas.
Por fin me encuentro con una camisa púrpura con pinta de mafioso italoamericano, que me dice que están en un pasillo justo al lado.
Luego, en lugar de indicarme el lugar exacto (valga la redundancia), se va a hablar con sus compañeros de trabajo.
Busco por ese pasillo y lo único que encuentro son nombres raros con etiquetas más raras aún.
Desisto y decido buscar otra camisa púrpura.
Me gro y veo una camisa púrpura. Una camisa púrpura que mí me quedaría como un vestido. Para que os hagáis una idea, estuve a punto de coger un teclado e intentar arponear a la camisa, mientras me imaginaba los gritos de '¡por ahí resopla!' y las protestas de alguna ONG cabrona.
Le pregunto por las tarjetas de sonido, y me dice que están 'por allí, en el tercer pasillo, donde pone tarjetas de sonido'. Ante este alarde de sentido común decido pasearme nuevamente a ver si tengo un poco más de suerte que el cerebro de esa chica.
Me llego a la sección de juegos, pero no me paro a mirar demasiado, porque tengo el presentimiento de que los 70 euros que llevo no van a ser suficientes.
Me encuentro con una camisa violeta con flequillo, y le pregunto por las tarjetas. El tío del flequillo sí me guía, al pasillo donde me envió el pequeño Luigi, hasta una sección que ponía 'Tarjetas de sonido', tal y como Moby Dick había auspiciado.
Me enseña dos, una que según oígo cuesta 34 euros y otra 99. No es difícil imaginar cuál escojo yo.
Me dirijo hacia la caja con la satisfacción del trabajo bien hecho, y cuál no es mi sorpresa al ver que esos 34 euros son, en realidad 59'99.
Sin levantar la vista le digo que por mí se puede meter el céntimo por donde le quepa.
Salgo de la caja de zapatos y una ola de sed y calor se me echa encima y decido gastarme los 10 euros en unos auriculares nuevos y algo para beber.
Cruzo la calle y me meto en el Carrefour. Allí les enseño la bolsa, y me dicen que la deje en consignas. Coy a la recepción, por creer que estaba ahí las consignas, y me dicen que la deje en consignas. Voy a las consignas, y necesito un euro suelto.
Voy a la caja, y pido cambio. Me envían a recepción.
En este momento un hilillo de humo negro se levanta sobre mi cabeza, y hago satar la alarma de incendios.
Dejo las cosas allí, y voy a comprar.
Unos auriculares ligeros que no cubren toda la oreja, se me caen, pero no llevo mucho más dinero), y voy en busca de las camisas que tengan en ese lugar para pedir agua fresca.
Por fin encuentro las camisas. ¿Agua fresca? No, pero hay zumo por ahí detrás (la chica hace una cara muy simpática, y decido no degollarla).
Dudo, y al final cojo esos zumos de Solán de Cabras donde dicen que en cada recipiente pequeñito hay una fruta. Cojo uno de manzana, y la manzana es más grande que el recipiente.
Pago (no sin un previo episodio de pánico al pensar que quizá no me bastaría), voy a las consignas y cojo la tarjeta.
Me siento en un banco, monto los cascos al MP3 y abro un botecito. En ese momento entiendo la publicidad de la fruta, y es que la compota que hay ahí dentro está tan pastosa que casi podría evadir las leyes de la gravedad durante el tiempo que se queda pegado al envase.
Es frustrante. Todo es frustrante.
Voy camino a casa. Me encuentro a unos amigos que me preguntan que qué se me ha perdido fuera de mi casa. Les replico que si no estan hoy demasiado sobriospara ser ellos, y se ríen.
El final de esta historia es digno de comedia barata, y se sucede al ver mi cara desencajada al darme cuenta de que faltan el cable USB y un CD de instalación para el XP.
Dáliva. Fin.

Cerdos y diamantes

"-No me gusta salir de mi país, y si lo hago es para ir a hermosas playas
de arena, con cócteles con sombreillitas así...
-Aquí también hay playas, Aby.
-¿Ah, sí? ¿Y quién coño quiere verlas? Escúchame bien, calvo de mierda..."
Hoy vengo a recomendar Snatch, la segunda película de Guy Ritchie y, en cierta manera, una especie de segunda parte de Lock & Stock (que también recomiendo).
Esta oyita (y nunca mejor dicho) es cine negro del bueno, con humor negro y, encima, ¡es inglesa! Cuestión, que no se puede llegar a pedir más de una película, y el guión es de lo mejorcito.
La historia está dividida en dos bandos, por un lado está el mundo del boxeo ilegal, con el Turco (que hace las veces de narrador) y Tommy contra el Ladrillo, un gángster sádico y con gafas de culo de botella; y, por otro lado, la banda de los judíos contra la banda de los rusos (Boris el Navaja es uno de los personajes que más me gustan) por un enorme diamante de ochenta quilates. En medio están los rateros negros, que son también divertidos.
Ah, y Brad Pitt hace de boxeador gitano, y el ex-futbolista Vinnie Jones de matón mafioso.
La banda sonora es buenísima, también.
Total, que es un peliculón lleno de personajes, a cual más divertido, y que es una de las mejores películas que he visto.
Aquí dejaré el link de Cinetube, por si alguien la quiere ver: http://www.cinetube.es/peliculas/snatch_cerdos_y_diamantes.html

21 de julio de 2008

El Reno Renardo

Una gran contribución a la cultura mundial... Jodeos SGAE, OT y otros criptofascistas, ha llegado vuestra Bestia Negra (en forma de Reno)

http://www.youtube.com/watch?v=IUDMrepROLE&feature=related

Esta me encanta, de Rammstein ^^http://www.youtube.com/watch?v=HvdQFVxK09s&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=U-RtO3bjVac

Éstos para Sire, con cariño ^^

http://www.youtube.com/watch?v=hyEFDcqmzuc&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=Fj0GEBHmTHc&feature=related





y "muncho" más!!!