31 de diciembre de 2007

2008, ¿y la Odisea pa' cuándo?

Y bueno, aquí estoy por primera vez felicitando el año nuevo gregoriano por Internet. Estoy en un cíber, rodeado de gente que ni conozco ni quiero conocer. A mi izquierda hay un antiguo compañero de mi colegio que parece no haber reparado en mí. No le voy a saludar.
El hijo del dependiente, hoy sin el gorrito de South Park, sigue haciendo el subnormal, como siempre.
Corrijo, se acaba de poner el gorrito, y mi amigo, al irse, me ha visto y me ha saludado. La situación ha cambiado, como la fecha en el calendario.
Y además bisiesto, un día más de sufrimiento.
Pues eso, cuestión, que me dirijo a vosotros, como hiciera el Rey, y esta vez, completamente escrito, para desear una feliz entrada y salida, a todos los contribuyentes y lectores de este blog, puesto que el resto del mundo me importa bastante poco.
Y, como hiciera el hermano del Fiscal, os deseo que no os atragantéis con los seis chupitos de vodka la suerte.

Shallom alleykhem!

29 de diciembre de 2007

La Columna del Odio: Mi madre y el cine; el cine y mi madre

“No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño.” (El gato negro, Edgar Allan Poe).


No hay palabra en idioma castellano, ni expresión tan desalmadamente hiriente para expresar mis sentimientos y emociones en este momento. Son todo eufemismos. Odio es suave, desprecio, manso. Rencor, ira, son simples palabras. Son letras. Sonidos. Y son incapaces de dar una idea de lo que siento. Un odio tan profundo que m impide el cinismo. Sólo se me ocurre una expresión, un «algo», con el que expresar mis sentimientos, “impotencia tantálica” (de Tántalo).
Mi historia comienza el mediodía del día 28 de diciembre, un mediodía extraordinariamente caluroso, a juzgar por la época del año. Jugaba yo al Rome Total War, ajeno a la desdicha y los horrores que me esperaban.
Estaba enfrascado en la colocación de mis unidades antes de enzarzarme en un violento combate con los galos de Veneto, región cercana a la Galia Cisalpina, anexionada hacía poco por el poder de Roma. Mi madre se está arreglando para ir a comer a un restaurante chino con unos amigos suyos y mi tío (del que tanto y tanto he hablado).
Coloco mis tropas en para recibir a los refuerzos enemigos, pues me preocupaban bastante más que el ejército inicial, que consistía en una unidad de caballería. Entonces me levanto y le pregunto a mi madre dónde pensaban comer. Ésta me responde que pensaban que comiéramos en un restaurante chino llamado Palacio Chino, al lado del restaurante chino del que ya hablé en la entrada de la comida de Navidad.
Me quedo extrañado por la respuesta, pues a mí nada me habían dicho de esa comida en el restaurante chino. No obstante, acepto mi destino y me someto a su cruel yugo. Bajamos las escaleras y, pasados unos metros del portal, mi madre se detiene en seco y me pide, casi me ruega, que vaya a coger el dinero, que se le ha olvidado arriba. Acepto de buena gana y subo las escaleras, tras dejar a mi madre hablando con una amiga suya.
Cojo el dinero, lo hago bastante rápido, además, sé que cuando mi madre se encuentra a una amiga suya el mundo a su alrededor desaparece y se sume en una especie de trance del que sólo la palabra “cine” en una boca ajena la puede salvar, eso y quizá una guerra nuclear. El mundo a su alrededor es consumido y degradado hasta llegar a una espiral desenfrenada de pedantería profunda.
Abro el portal, disponiendo mi mejor sonrisa para saludar a su amiga y seguramente tener que soportar comentarios sobre que he crecido mucho, comentarios que efectúan sin temor a represalias. Abro al portal y miro a mi alrededor, y no hay nadie. Voy a la esquina, y tampoco hay nadie.
“Abandono”, no es la palabra apropiada, pero es lo primero que me viene a la mente. (Chuck Palahniuk)
Tras unos minutos de espera decido que quizá se haya ido al restaurante chino, que está a tomar por culo, y decido ir yo también.
Recorro toda la calle Eusebio Estada hasta llegar al puente de la antigua estación, subo por la calle. Me planto enfrente de la tienda de electrodomésticos Miró y giro a mi derecha hasta el lugar donde se encuentran los dos restaurantes chinos. Paso cerca de una caravana de ancianos que me mira con malos ojos. Me dan ganas de exclamar “Sí, soy joven, y además, ¡camino solo por la calle! Ahora me voy a hacer un piercing y unos tatuajes del Ché y de Kurt Cobain, y después, la fiesta será mucho mejor, pues me dedicaré a beber, fumar porros y quemar residencias de ancianos…”. No lo hago, por supuesto.
Al llegar al lugar del encuentro, no me sorprendo al descubrir que no hay nadie. Vuelvo a casa. Me recorro de nuevo toda la calle Eusebio Estada, subo a mi casa, y continúo la batalla. Los galos inician una frenética carga contra mis asteros, pero antes de que lleguen, el sonido del teléfono me interrumpe. Pongo la pausa y descuelgo el teléfono. Es mi madre. Me pregunta que dónde estoy. Ha llamado al teléfono fijo de casa, y me pregunta dónde estoy. Esbozo una sonrisita de superioridad y le pregunto que dónde está ella. En el restaurante chino, que vaya para allá.
Calle Estada arriba, calle abajo, calle arriba…
Comienzo a sentir odio, un odio oscuro que me recorre el cuerpo. Salgo a la calle y comienzo a andar. Me vuelvo a cruzar a los ancianos, y sólo la idea de que quizá sea el último adolescente que critiquen en su vida me hace sonreír y pasar de organizar un gerontocidio (¿?) en medio de la calle. Ya habrá tiempo.
“Infarto de miocardio”, no es lo apropiado, pero es lo primero que me viene a la mente.
Llego al restaurante, mi madre, sus amigas y mi tío me esperan fuera. Entramos dentro y, tras esperar un poco, cogemos mesa cerca de la entrada.
Los platos van llegando y yo tengo el presentimiento de que algo no va del todo bien. Me han comentado la posibilidad de que vayamos al cine al principio de la comida con una jovialidad que sólo me puede producir arcadas, una jovialidad cínica y mal intencionada, sin duda, pues saben que yo nunca, nunca, bajo ningún concepto, deseo ir al cine con ellos. La comida acaba, y pido té.
En total me tomo tres tazas de té, pues sé que lo que me depara el destino es malo. Es algo peor que todos los comunistas y asesinos locos de este mundo, peor que Atila el Huno, peor que los seres de cien películas de terror, peor incluso que el odio que avanza a borbotones desde mi cerebro al resto de mi cuerpo como si fuese una herida en la aorta.
Tres tazas de té, tres sobres de azúcar. La primera con un sobre, la segunda sin ninguno, y la tercera con dos. En ese momento no me di cuenta de la simbología, pero ahora la veo con claridad, pues el azúcar es el odio que tuve que soportar en los tres momentos de mi relato. Mucho al principio, nada después, y finalmente ración doble.
También es probable que lo organizase así por que me venía en gana, según versiones.
Finalmente dictan sentencia, vamos a ir al cine, sin duda, a ver la Brújula Dorada.
Negación.
No es posible, les digo que yo no puedo ni deseo ir al cine. Por un instante la fruta parece a mi alcance, puedo saciar mi hambre. Mas las puertas del paraíso se cierran de pronto cuando mi tío, interpretando el papel de los vientos del Tártaro, alejan las frutas de mi alcance. Pero no puedo ir al cine, va contra mis principios.
Ira.
Tras esperar unos minutos a que asumiese mi fatal sino, se forma una imagen horrible en mi mente, la de mi madre sonriéndome para hacerse la simpática mientras mi tío habla con los amigos de mi madre en su propio dialecto del catalán, que podemos llamar ‘catalán alejandrino’ (y no, no es el nombre de ningún tipo de capitel clásico), muy similar al catalán manchego. Una imagen tan terrible que amenaza con destruir toda la cordura que aún queda en mi mente. Intento zafarme de esa negrura definitiva, de esa oscuridad hilarantemente siniestra, como umbríos danzarines que me rodean al son de una melodía discordante, mientras por la pálida puerta, abominable, una multitud se precipita, eternamente riendo, pero sin jamás sonreír (The Haunted Palace). Les digo que el cine es el peor monstruo que ha vomitado la Historia, les digo que prefiero una cruz negra, una tumba sin nombre, ser crucificado en invertidas cruces de silencio a la espera de que un ave Roc me devore las entrañas cual Prometeo.
Negociación.
Les digo que haré lo que sea, cualquier cosa para conmutar la pena, les ofrezco dinero (el que me mandaron a recoger) como rescate, pero es inútil. En ese momento entiendo al Sire cuando se le comunicó su deber como ciudadano de participar en la fiesta de la democracia.
Siento que debo hacer algo para librarme del cine. Les ofrezco esclavitud hasta los 18, les digo que si saco 10s y 9s es precisamente para que no me obliguen a someterme a tan intensas torturas. Pero no da resultado.
Me mareo. Veo a mi madre, a mi tío, y los pedantes amigos de mi madre como gigantes que se ríen de mi desgracia, no hay fondo en mis visiones, tan solo rojo y negro, como las llamas del, rojo como el fuego del Averno y negro como las aguas del Éstige. En mi mente ya no están mi madre, su amigo y mi tío, tan solo veo a Alecto, Mégera y Tisífone, las tres erinias de la mitología griega, cuya función era torturar y eloquecer… a los que se habían portado mal.
Pero yo soy bueno. Saco matrículas y no me meto en los problemas de mis padres.
Nada, no hay solución.
Depresión.
Sólo queda someterse, dejar de lado las luces de la infancia para entrar en las tinieblas. ¿Y qué mejor forma de dejar de lado la infancia que viendo La Brújula Dorada, un refrito de El Señor de los Anillos, Las Crónicas de Narnia y Harry Potter?
Y además está basada en literatura juvenil.
Debo aceptarlo, pero no puedo. No puedo aceptar tamaña putada, y mi corazón sufre por ello.
El viaje en coche es lo más parecido a recorrer La Milla Verde que espero experimentar en mi vida.
Llegamos al Ocimax, ya es imposible la marcha atrás.
“Cadalso” viene que ni pintada.
Entramos a las sala cuando la película ya ha comenzado. Mejor, no pienso soportar diez minutos de ñoñerías, películas y música mallorquina. Hoy no. Hoy lo único que me influye para que no haga de terrorista checheno en el cine es saber que, teniendo el Gobierno como lo tenemos, no moriría ni Dios en la liberación de rehenes, y que podría pedir que me trajesen cualquier cosa, que me la traerían.
Aceptación.
¿Aceptación? No, aceptación no.
Llego a mi casa tras presenciar como los “buenos” dejan fuera de juego a la madre de un protagonista y exterminan un regimiento entero de tártaros, mientras los criajos que había a mi alrededor gritaban de alegría cada vez que un tártaro era enviado al Tártaro (risas).
Pan y circo.
Al llegar intento acabar la batalla, pero el ordenador no me va bien.
Ya la acabaré otro día.
Y me pongo a escribir en el Word, esperando tener Internet lo antes posible para poder publicar esto.


“Más adelante, tal vez, aparecerá alguien cuya inteligencia reduzca mis fantasmas a lugares comunes; una inteligencia más serena, más lógica y mucho menos excitable que la mía, capaz de ver en las circunstancias que temerosamente describiré [he descrito], una vulgar sucesión de causas y efectos naturales.”

25 de diciembre de 2007

La Columna del Odio: La Navidad y el alcohol

Ciertamente, las Navidades no son más que una excusa para beber, reírse y ligar (beber y reírse, en mi caso).
Sí, durante la comida con mi familia, en un restaurante chino cuyo nombre no escribiré por desconocerlo, impronunciable y falta de coordinación motriz en mis manos (amén de que l letra 'a' de este puto cíber cuesta ponerla), Inocencio García, alias 'el Lino', me ha hecho beberme una copa de vino y dos de champagne. Y, aunque eso no es considerado mucho por los que me rodean (jodidos alcohólicos), para mi joven hígado ha resultado acalorante.
Estoy contento como un jodido enano, y tan acalorado que estoy por organizar un striptease en medio del cíber, acontecimiento que seguro celebrarían todas las tías que tengo a mi lrededor, que en mi caso son la del cíber y un tío en un ordenador con pinta de gay, con un bufandita a cuadros.
Hubo un momento en el que me dolía la cabeza, y me he echado encima de mi primo en plen timba de blackjack (no me he echado encima, sólo mi cabecita).
Y eso, que mi joven hígado se ha estrenado y por lo que creo no seguiré al sabio Jordi en muuuuuuuuuucho tiempo.

24 de diciembre de 2007

Tambores, tambores, tambores en el abismo [...]

[...] Hemos atrancado las puertas. Ya vienen. Ya vienen.
-Palabras de Gandalf refiriéndose a las Navidades.
La Navidad es esa época del año en la que el fantasma de su tumba y se dedica a matar.
Por eso cantamos billancicos para que se vuelva a dormir.
-Peter Griffin, sobre la Navidad.



La Navidad ya está con nosotros, y debemos hacerle frente con el mayor valor posible.
Hace poco más de 2000 años, una mujer cuyo marido era impotente decidió tomar el toro por los cuernos y someterse a la fecundación in vitro. La operación funcionó, pero se perdieron los manuscritos que hablaban de cómo se llevaba a término esta práctica médica en la Antigüedad.
Por supuesto, este triumfo de la ciencia no es razón para que cada año tengamos que soportar interminables comidas con tu´tío zángano, tu abuela speedica, el restaurante chino en el que venden sushi, y demás mierdas como una familia que sólo se preocupa de ti cada Navidad... ¡y es la rica!
Y bueno, aunque no lo parezca, estas fiestas me emocionan y por eso, desde el exilio (por culpa de cierto tío zángano) os desearé felices fiestas, dentro de lo que cabe, y que los trolls de las cavernas navideñas no os apuren, total, sólo son unas semanas de intensa agonía.

20 de diciembre de 2007

Feliz Navidad a todos...

Pues eso, que Sire y WAS os desean que lo paseis bien estas fiestas... y si no, por lo menos nos echamos unas risas

http://www.elfyourself.com/?id=1616674956

El servidor está bastante saturado, así que lo mismo teneis que tratar de cargar el enlace de arriba varias veces hasta que funcione

PD.- Sire, el enemigo está en casa

19 de diciembre de 2007

La Insoportable levedad del ser Tomás: La dramática excursión del miércoles

Hoy, triste y trágico día el de hoy.
Al final resulta que se acordaron de pedir los autocares, y así quedó sellado nuestro infame sino de destrucción, dolor, y agujetas matinales.
Subimos al autobús cual cerdos a la rampa del matadero. Me pongo en las primeras filas del autobús para no echar la bilis por las carreteras de montaña, que todos sabemos están llenas de curvas para dar la sensación de que la Roca es grande.
Me siento al lado del profesor, y delante del sujeto N. Curvas, curvas y más curvas.
Algo de nieve a lo lejos.
Curvas y nieve y casas.
Demasiadas curvas. Me comienzo a marear. Hablo de los chuetas con el profesor. Me comienzo a marear.
Necesito música, música celta.
Comienzo con Silly Wizard, When Summer Ends. Muy bonita.
Cada vez hay más nieve. Es raro ver tanta nieve en la Roca.
Detrás mía, el sujeto N comienza a marearse. Está justo detrás mía. Si vomita, lo hará encima mía.
Y entonces le hundiré los ojos hasta el cogote.
Ahora suena Deaf Shepperd, 'Ah, Surely'.
Animado.
Quedan 15 minutos para llegar y temo más por mi vida que los americanos durante la crisis de los misiles de Cuba.
Y llegamos, estoy seco. Hay nieve por todas partes.
Suena Capercaillie. Los de la banda sonora de Rob Roy.
Hay nieve por todas partes, y eso es bonito, curioso.
Y peligroso.
No he dado más de tres pasos cuando una bola de nieve me pasa rozando la oreja. Voy de los primeros.
Con nosotros hay una profesora y algunos interfectos que no me molestaré en nombrar.
Sin ánimo de ofender, claro.
Mis botas se hunden en la nieve, y estoy acalorado.
Una bola de nieve impacta en mi espalda.
Cojo un puñado de nieve, al gilipollasque me la ha tirado, y se la tiro en la cabeza.
Se encontrará una cabeza de caballo en la cama.
A medida que vamos avanzando va habiendo menos nieve.
La nieve da paso al fango.
El fango es pegajoso.
Mis botas se quedan pegadas al suelo.
-¡Mierda! -mascullo.
Sí, mierda.
Y nunca mejor dicho.
Alguna cabra. Esto comienza a ser odioso.
Pero no me canso. Al principio me cansaba, pero desde que mis pies se convirtieron en muñones dejo de sentir nada.
Debemos parar en algún refugio, pero está lejos, muy lejos. O no está.
Me acerco a alguno de mis compañeros y le susurro al oído que seguramente no hay refugio y que lo que van a hacer es fusilarnos en algún lugar de la montaña. Luego echarán cal a nuestros huesos, y nunca más se supo.
Por degracia, no consigo mi cometido, y no se desata el pánico descontrolado que sin duda acabaría en verwirrung. Todos siguen serenos.
Vemos el refugio a lo lejos, algunos comienzan a correr hacia él. Paramos, descansamos, y merendamos.
Proseguimos nuestra patética marcha en pos de la muerte dos horas más.
Tras escuchar a Tri Yann, Connie Dover, Déanta, Anthony and the Johnsons, Pink Floyd, The Who, Eileen Ivers y otro frikis innombrables, llegamos donde el autobús.
No está. Nos sentamos a esperar. Pero no llega.
Al final llega, y nos vamos.
Al final no me he cansado demasiado, me he cansado menos que otra gente más deportisra. Pero me siento orgulloso por ir por el monte con camisa de cuadros.
Hoy, gran día el de hoy.

Lo de la música va dedicado a Lord Toni.

18 de diciembre de 2007

La Columna del Odio: El Secreto

“Este secreto te da todo lo que quieras,felicidad, amor, salud, dinero, paz espiritual,no hay nada que no puedas conseguirsi aprendes a aplicar el secreto en tu vida diaria”
-Bob Proctor-

Ciertamente el ser humano se está corrompiendo cada vez más.
Hablamos de una especie de secta que, como no podía ser de otro modo, descubrí gracias a que mi tío se metió en ella.
Pues bien, según parece en el mundo hay un grupo de interfectos que se dedican a meter ciertas ideas en mentes simples como las de mi tío.
El Secreto, según parece, es el secreto de la Ley de la Atracción. Es un secreto que sólo han conocido unos pocos iniciados que, gracias, cómo no, al Secreto, han dominado el mundo.
Napoleón lo conocía, Graham Bell lo conocía, Siddartha Gautama lo conocía, Churchill y Einstein también... y ahora lo conoce mi tío. Es decir, que la calidad de las mentes que lo conocen se ha desplomado como las acciones de la Disney.
El Secreto consiste, según esa secta de colgados, en que cuando pensamos en una cosa con mucha intensidad enviamos unas hondas al espacio. Y estas hondas hacen que suceda lo que nosotros pensamos. De esta manera, si pensamos que somos capaces de hacer una cosa, la haremos, y si no, no.
Una de las frases que he podido leer es ésta:

Y las personas que usen El secreto crecerán en todos los aspectos.
Las que hagan caso omiso seguirán culpando al gobierno, a la mala economía, a sus padres, a Dios, a la mala suerte y al destino.

O a las mujeres, en el caso del Maese Xu.
Y bueno, sin más preámbulo os dejo el link de esta página que tiene taaaanto que enseñarnos.
http://www.atrayendo-prosperidad.com/elsecreto.htm

16 de diciembre de 2007

Compendio de citas de sabiduría popular de El Fiscal

"Ese maldito elefante devoró a todo mi regimiento. Los de la National no nos avisaron de que había elefantes carnívoros en Indochina. Bueno, de hecho, lo hicieron, pero como ni Dios mira los documentales." (El Fiscal, hablando de una cita con Aquél a quien no nombramos)

"¡Cuánta gente! ¿Darán caramelos?" (El Fiscal delante de las colas del INEM)

"¿Ya has escrito tu carta a los reyes, Tomás? Yo les he pedido una cabeza nuclear, a ver si cuela..." (El Fiscal delante del buzón para cartas de los reyes en Cort)

"¡Ostias! ¡Eso es Cort! Y la Olivera... ¡Cómo mola! Es un Belén de concienciacón social. ¡Sólo falta un turista alemán y un senegalés vendiendo CDs!" (Delante del Belén de Cort)

"No, tío loco no. ¡Soy un genio! A Da Vinci también lo llamaron loco, a Nostradamus, a Jack el Destripador... Los llamaron locos pero la Historia ha demostrado que eran genios" (Tras llamarle 'tío loco')

"Si es que ir a cortarse el pelo con el abuelo es casi como un ritual. El peluquero árabe, las revistas en árabe, música árabe sonando, el abuelo poniendo a parir la política argelina..." (Hablando de la peluquería de Abdelatif)

"Err... sí, hola... me llamo Manolo... éste es el teléfono erótico, ¿no?...sí...bien... ¿qué llevas puesto, Sherezade?..." (Llamándome por teléfono)

"Bien, ataremos el artefacto explosivo a este marco de madera perteneciente a una mesa que no es nuestra, y por lo tanto, podemos explotarla" (Atando un petardo...)

"Sí, esto... el presidente de Irán ha dicho que el presidente de los Estados Unidos es un mariquita..." (Fingiendo pedir la palabra para el Chiquitistán en una reunión de la ONU)

La sabiduaría de la taberna

Hoy sólo vengo a reflejar varias cosas inconexas;

La primera una frase que describe lo que es la sabiduría de taberna, se la dijo al joven Tomás un amigo de su padre:

"Tomás, debes saber un par de cosas en esta vida. La primera es que el alcohol es muy malo para la salud, la segunda es que es muy bueno para todo lo demás, y hay que elegir, y no es facil" (Jordi, gran filósofo y mejor bebedor)


La segunda es una cosa, hablando de tabernas, es que una alumna de 2ª de bachiller, muy mona ella, decidió en el examen sobre Platón explicar "el mito de la taverna". Ante semejante desgracia lo de menos es la falta de ortografía.


La tercera es esta canción que es toda una declaración de principios...


el tío que la canta está un poco perjudicado de la vida

11 de diciembre de 2007

El amigo de los niños: Dexter

Una serie realmente buena de un tío muy grande, Dexter, personaje que está a la altura de otros grandes como House o Jack Bauer. Para los que tienen satélite o cable lo dan en la FOX los lunes a las 22:15, para los que no ... emule. De hecho, creo que en la mula ya está la segunda temporada.

10 de diciembre de 2007

La insoportable levedad de ser Tomás: La dramática excursión del miércoles... que nunca se realizó

Sniff.
Sniff.
Estamos a día 10 de diciembre, y la excursión, en teoría, era el 26 de octubre.
Pues bien, dicho día, llovía. Pero cosa mala. Llovía mucho. En circunstancias parecidas nos tendríamos que haber ido a Lluc, pero la tormenta (justamente) se dirige a Lluc.
Pero bueno, que no cunda el pánico, gracias a Dios la Administración cuenta con todo, y nos tienen reservada una interesantísima sesión de, tachán tachán, ¡Romeo y Julieta!
Y en Technicolor y todo, fíjate, sí, sí, así como os lo digo.

Bueno, tras una jornada de miércoles pasada por agua, lo aplazamos, aproximadamente, unas dos o tres semanas.
Pero un día nos dicen que lo sienten, que el servicio metereológico dice que lloverá...
La cuestión es:
¡¿Y a mí que coño me importa lo que diga nuestro servicio metereológico?! ¡Estamos hablando de los mismos subnormales que no pudieron detectar que se nos venía un Cap de Fibló encima hasta que el primer killo salió volando!
Por supuesto, el miércoles en cuestión, hace tan buen tiempo que uno casi puede salir al parque a bailar, cantar, ligar, y esas cosas que hace la gente (normal) los hermosos días de otoño (¿o era primavera? es igual, es todo la misma mierda).
Era un día tan bonito que casi se podía oír 'La Mañana', de Grieg. Sí, hmmm, de heco, se oía. ¿O era yo? No sé, desde que oí aquella vez, caminando por el instituto, algo que parecía un coro de voces angelical y, literalmente, me oriné de miedo (bueno, en realidad, orinar era el objetivo principal de mi expedición), no consigo saber si estoy loco o es cierto. ¿Quién iba a decir que ese 'coro angelical' era el coro de profesores?

Pues bueno, en teoría, la excursión, se aplazó al miércoles de esta semana, pero resulta que, quién lo iba a decir, lo aplazan.
Todavía no sabemos por qué, pero si es porque llueve voy a comenzar a repasar el árbol genealógico de muuuuuuucha gente.

5 de diciembre de 2007

¡Feliz Hanukah!

Bien, como sé que estáis ansiosos por saber la historia de la Hanukah, publicaré el post de mi primo sobre la Hanukah.


Nes Gadol Haia Sham!!!!
(un gran milagro ocurrió allá)

Las iniciales de esta frase hebrea (Nun, Gimel, He, Shin) se encuentran en las cuatro caras del sevivon (o dreidel en yiddish), la tradicional peonza judía con la que niños hebreos de medio mundo juegan en estas fechas. Pero, ¿a qué milagro se refieren? la respuesta es... al gran milagro de la Hanuka (o Jánuca), que, como cada 25 de Kislev, se conmemora estos días.
Seguramente muchos habreis oido hablar de esta fiesta (en cualquier serie estadounidense que se precie con protagonista o personaje relevante judío por lo menos aparece en algún capítulo) e incluso alguien habrá oido hablar de que son las "navidades" judías (nada más lejos, a pesar de la coincidencia de fechas), pues esta fiesta, a pesar que es una de las fiestas "menores" del calendario hebreo (no aparece prescrita en la Torá) es de las que se han hecho más populares. Pero me ahorraré los prolegómenos y, como corresponde a la tradición, a la luz de la hanukia o candelabro de ocho brazos especial para estas fechas (en mi caso las velas que encuentre por ahi), narraré la historia del milagro de Hanuka, la Fiesta de las Luces:

Aproximadamente hace unos 2300 años, todo Oriente medio, Israel incluido, cayó bajo el dominio de Alejandro Magno. Aunque éste fue relativamente tolerante, sus sucesor en el control de Siria, Antíoco IV Epífanes empezó una política de helenización intensiva, que, concretamente en Israel supuso un choque frontal con la cultura autóctona, pues los judíos, monoteistas acérrimos en un mundo politeista, que únicamente reconocían como verdadero a un Dios del cual no se podía hacer imagen ni estatua, eran observadores de un conjunto de leyes y prescripciones religiosas dificilmente alternables con las ideas y prácticas religiosas helenísticas.

Así que, cuando Antíoco impuso a los judíos el culto a Zeus, y profanó el Templo con imágenes de dioses paganos, el sacerdote Matatías, terrateniente de las montañas de Modi'in, junto con sus cinco hijos Judas, Jonatán, Simón, Juan y Eleazar, se echó al monte, y reclutó una banda de guerrilleros para hacer frente al invasor griego, y restaurar el culto y el Templo profanados.

Judá Macabeo (del sirio maqqaba, martillo o maza, apodo bastante gráfico dado a Judas, aunque en ocasiones se hace extensivo a todo el clan) fue designado sucesor de la banda de guerreros por su aginozante padre, y empezó sus operaciones atacando pueblos que se habían manifestado a favor de Antíoco, lo que forzó a los griegos a enviar a fuerzas regulares, bastante superiores en número y preparación a las de los macabeos, contra las cuales Judas no dudo en oponer resistencia, confíado como estaba de que Dios le apoyaba; y gracias a su enorme talento táctico, así como a su legendario coraje en el campo de batalla, pudo salir victorioso.

Cuando entró en Jerusalén, fue testigo de como el Templo había sido profanado con imágenes paganas, así que sin más dilación, lo purificó, renovó y dedicó en el 25 de Kislev, justo un año después de la profanación (que tambien tuvo lugar en 25 de Kislev), de hecho, la palabra Hanuka quiere decir "dedicación", refiriendose a la dedicación o consagración de un Templo.
Pero no quedaba apenas aceite para la Menorá (el Candelabro que se usaba en el Templo), y hasta ocho días no llegarían los suministros de aceite. No obstante, de forma milagrosa, la Menorá ardió durante aquellos ocho días con la escasa cantidad de aceite que tenía.

La guerra no se hubo acabado allá, y de hecho, el propio Judá murió posteriormente en el campo de batalla, pero al final consiguieron su liberación, y la instauración de un estado que duraría hasta que un par de siglos después fuesen anexionados por Roma (por cosas de la historia, poco antes de caer en combate, Judá había enviado una embajada a la República romana pidiendo su protección

Lo que se celebra en Hanuka, como ha quedado bien patente, es, en primera instancia, el milagro de la lámpara, y como trasfondo, la guerra de liberación contra la opresión siria, y su éxito, a pesar de la escasez de medios y lo desesperada que fue esta lucha.

En cuanto al origen de esta vistosa fiesta desde un punto de vista más histórico, efectivamente, a grandes rasgos coincide con lo expuesto anteriormente, aunque debamos hacer alguna observación. En cualquier Biblia católica u ortodoxa se pueden encontrar los Libros de los Macabeos, dos libros que narran, desde ópticas relativamente distintas la historia de esta lucha, y cuya consulta recomiendo encarecidamente a quien no se haya quedado satisfecho con mi sucinta explicación. Estos libros forman parte de los llamados "deuterocanónicos", esto es, aceptados por la Iglesia Católica y la Ortodoxa, pero no por el Judaismo ni por las Iglesias Protestantes, ya que el requisito necesario según judíos y protestantes para formar parte del Antiguo Testamento es la existencia de un original hebreo o arameo, del que, en el caso de los Macabeos, carecemos (por ahora), pues los ejemplares más antiguos están en griego.

No obstante, constituyen una fuente inestimable para conocer la historia de los Macabeos, debido al poco tiempo pasado (relativamente) entre los hechos narrados y la narración, así como para investigar los orígenes de la Hanuka, pues, cuando fueron redactados, esta fiesta se estaba aún consolidando (de hecho, en la Introducción del Segundo Libro se encomia a los judíos de Egipto, a quienes se dirige el libro, para que la celebren). Uno de los detalles más llamativos es que no se hace ninguna referencia al famoso milagro de Hanuka, sino que se dice lo siguiente:

"Estando ahora nosotros para celebrar el veinticinco del mes de kisleu la purificación del Templo, hemos creido conveniente hacéroslo saber, para que también vosotros celebreis la fiesta de las Tiendas y la del fuego que brotó cuando ofreció sacrificios Nehemías, el que edificó el Templo y el altar"

2Macabeos 1, 18

Es decir, Hanuka es la conjunción de dos fiestas, la de las Tiendas y la del "Fuego". La denominación de Fiesta de las Tiendas (de hecho, la denominación general para la Hanuka en el libro es la de "fiesta de las tiendas de kisleu") se refiere a la fiesta de Sukkot (en hebreo, "cabañas"), una de las fiestas principales, prescrita en la Torá, y que tiene lugar unos meses antes, durante la cual antiguamente todo el pueblo de Israel vivía en cabañas o "tiendas", para conmemorar su etapa de nomadismo en el desierto. Como durante esta fiesta, los macabeos habían estado en las montañas combatiendo, no pudieron celebrarla como prescribía la Torá, y por ello, el 25 del mes de Kislev, cuando rededicaron el Templo, la celebraron para compensar; de allá que la duración de Hanuka sea de ocho días.

En cuando a lo del "fuego" de Nehemías, se refiere a una antigua leyenda según la cual, cuando los judíos fueron deportados a Babilonia, algunos de ellos cogieron un poco del fuego sagrado que ardía en el Templo antes de que fuera profanado. En el exilio mantuvieron guardado este fuego en el interior de un pozo seco, y cuando a la vuelta, Nehemías reconsagró el Templo, mandó buscar a los descendientes de los sacerdotes que lo habían ocultado, pero al buscar en el pozo, no encontraron fuego, sino un líquido viscoso, con el cual se prendió de nuevo el fuego sagrado del Templo.

Esta historia resulta enormemente interesante, puesto, que además de hablar de una fiesta (seguramente la conmemoración de la rededicación de Nehemías y el fuego sagrado) de la que no queda recuerdo en el judaismo posterior (además de la Hanuka, en parte descendiente de aquélla), es una mención temprana al petróleo, y además, a su uso ritual.
Lo probable es que la Fiesta de Hanuka comenzara como una conmemoración de la Rededicación del Templo y de la segunda fiesta de las Tiendas que celebraron los Macabeos, así como de la leyenda del Fuego sagrado, y que con el tiempo se olvidase parcialmente la motivación, y apareciese la historia del milagro de Hanuka, como un eco lejano de la antigua leyenda del fuego sagrado.

De todas formas, sea como sea, quiero aprovechar estas líneas para desearos a todos una Feliz Fiesta de Hanuka, que encendais velas y que conteis la historia, milagro incluido, a todo aquél que pregunte:

Khag Same'akh!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

4 de diciembre de 2007

La Insoportable levedad del ser... Tomás

Y bien, inauguro esta sección sobre mi vida. El título lo saqué de un libro que me leí, lectura que os recomiendo.
Hablaré de mi tío.

Lo sé, es la segunda vez que escribo sobre mi tío, pero puede llegar a sacar a uno de sus casillas.
Y de muchas formas distintas.
Y es serio.
Bien, resulta que mi tío ha venido a pasar unos días a mi casa, eso, es principio, no es odioso.
Puede ser hasta divertido.
Pero mi tío no entiende de informática, y eso, también puede ser divertido (aunque entonces ya no nos reímos con él).
El problema es que pregunta. Pregunta mucho.
Y me cuesta dormirme. Normalmente me paso una media hora intentando dormirme.
Pues bien, hace unos días yo me acosté. Ese día me era más difícil que de costumbre conciliar el sueño. Y entré en el umbral del sueño, ese momento en el que a uno se le confunden los pensamientos.
A veces me divierto entrando en ese umbral. Me divierte comprobar como cambio de un pensamiento a otro sin nada que ver. Un día, por ejemplo, sin venir a cuento con lo que pensaba, pensé en una barrera que se cerraba y en House (y no, no estoy loco, son esos jodidos psiquiatras, que creen que saben más que yo, pero ya les daré su merecido, sí, mi tesoro).
Pues bien, estaba yo pasando de ese umbral al sueño. Al auténtico sueño. Oía lo que pasaba a mí alrededor, pero de forma lejana. Estaba todo más oscuro.
Mi gata ronroneaba encima mía. Me dormía.
Barrera que se cierra. Gregory House.
Tiene lógica.
Inteligencia militar.
Tiene lógica.
¡Sobrinoooooooooooooooooooooooooooooooo!
No, no tiene lógica. Ni gracia, no tiene una mierda.
¡Sobrinoooooooooooooooo!
Esto comienza a ser siniestro, incluso lo oigo. El sueño, que llevo casi una hora intentando conciliar, se aleja, yo intento correr hacia él, pero es casi tan inútil como el señor Hugo Chávez...
Por mi mente pasa la imagen de campos de concentración, genocidio, homicidio y, basicamente, casi todas las palabras teminadas en -cidio, pasan por mi mente.
Abro los ojos. Está oscuro. Me giro.
Allí está. Me mira.
-Oye, ¿cómo se puede poner música en el ordenador?
¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?
No, no sólo me ha despertado. Ha insultado mi inteligencia.
Me ha despertado, y no me ha preguntado nada importante. No me ha preguntado cómo dibujar la bisectriz de un ángulo cuyo vértice no se encuentra en el papel. No me ha preguntado que le recomiende ningún libro.
Me ha preguntado cómo poner música en el ordenador.
Me levanto, camino dormido hasta el estudio. Le pongo música. Me acuesto, e intento dormir.
Me he desvelado.
No puedo dormir. Me cuesta.
¿Habéis leído 'En el Insomnio', de Virgilio Piñera?
Pues algo así.
Consigo llegar al umbral tras un cuarto de hora.
Me duermo, me duermo.
¡Sobrinooooooooooooooooooooo!
No lo oigo.
No lo estoy oyendo.
No es posible ser tan cabrón.
Por desgracia, sí lo es.
Esta vez no me levanto.
Que se joda.

1 de diciembre de 2007

Música balcánica

Hoy es sábado 1 de diciembre de 2007 (21 de Kislev de 5768). Y como sábado 1 de diciembre de 2007, me he visto en la obligación moral de acudir al concierto de música balcánica en la fundación la Caixa.
Comenzaremos, en un alarde de originalidad, por el principio. Quedamos a las 9:40 de la mañana en la Plaza España y, por lo tanto, no podía dar mi pasado matutino semanal con Shasha, Aquél a quién no nombramos. Entonces le llamé para comunicarle tan triste noticia y me dijo, entre sollozos, que podíamos vernos a las 9:30, a lo cual accedí temiendo por la integridad psicológica de Shasha.
A las 9:10 salí de mi hogar, encomendándome a Mitra para que me guardase de Él. Llegué a la Plaza España con el corazón en un puño, un nudo en la garganta y la seguridad de que, en cualquier momento, iba a divisar a un hombre encorvado con un boina en la cabeza. Y en efecto, lo divisé.
Estuvo simpático. Comenzó a hablarme de métodos de higiene, lo cua, en lo más profundo de mi ser, despertó una pequeña desconfianza respecto a us intenciones. Tras decirme que había que sonarse la nariz cada mañana, intercalar algo sobre políticos catalanes que no entendí muy bien, y continuar hablando sobre higiene, vimos una negra figura en el horizonte.
Bien, yo soy miope, y no suelo llevar gafas por la calle. ¿Es un Nazgûl? ¿Un cuervo? ¿Un barril de crudo? No, la respuesta a la identidad de ese cuerpo de extraños andares vestido de negro no era tan romántica, era, simplemente, mi humilde progenitora. Bueno, yo la llamo mamita, cuando quiero un bocadillito.
Y, aun siendo miope, pude apreciar el terror que su cara desprendía al ver la figura de El Patriarca, Shasha.
Estuvimos esperando al Fiscal y compañía, que se retrasaron (no quiero ponerlo mucho a parir porque en este preciso instante estoy en su casa, y soy consciente de que tiene katanas, dagas mongolas, pistolas de balines, y plátanos, y sabe cómo usarlos). Dijeron, por supuesto, que era culpa del tren, pero yo no me lo creía, por esa maldita sonrisita Coronado que nos hace parecer culpablles siempre, y además, no dudaba de que los tío de los trenes eran más responsables que el Fiscal.
Haremos un inciso para recordar que esta puede seer la última entrada que escriba en este blog. '¡Qué bien!', diréis. Cuando el sábado acabe, y entremos en domigno, mi primo será libre de ajusticiarme.
Pero bueno, es igual, he vivido plenamente (y sí, quien no se consuela es porque no quiere).
Comenzamos la marcha hacia el Gran Hotel, una marcha no del todo tranquila, pues a cada esquina que doblábamos nos asaltaba el temor, el horrible temor de que mi madre pudiese encontrarse con alguien que conociese. Al final, sabíamos que podía pasar, sucedió, pero gracias a Alá, que la dotó de un inusitado sentido de la emergencia, fue parca en palabras.
Shasha nos dejó en ese mismo instante.
Y llegamos al Hotel.

Tras meditar varios planes de acción que pasaban por dormir a la azafata y matar a cualquier persona que se nos pusiese en NUESTRO camino con la idea de impedir NUESTRA marcha para conseguir NUESTROS sitios. Como supondréis, habíamos entrado en esa famosa furia berserker propia de los Coronado.
Gracias a Dios que nos dejaron entrar pronto, porque éramos (y somos) capaces de asaltar el sótano.
Esa es otra, el concierto se celebró en el sótano, claro que menudo sótano.
Ni que decir tiene que el Fiscal ya parecía un niño pequeño, fijándose en todo, como si fuese la pimera vez que lo veía.
Estaba vacío, éramos los primeros.
El Fiscal insistió en que nos sentásemos delante, claro, que luego lo pensó mejor y decidió o hacer el ridículo poniéndose a bailar en medio del escenario, y les dejó ese placer a unidades de carbono más simples (véase: críos).
Nos sentamos en la tercera fila, creo. Todo se llena de niños y por un momento tememos que esos entes claramente inferiores fuesen capaces de arruinarnos la fiesta, pero el Fiscal tiene soluciones para todo. Nada más entrar nos dijo que debíamos arrancarle las cuerdas vocales al primer criajo que viésemos pasarse del tono permitido y que lo colgásemos del jersei en medio del escenario para futuros entes que decidiesen hacer uso de sus capacidades fonatorias.
De repente, se oye el sonido de una tormenta y se ven gotas de agua proyectadas en una pantalla. No, el Gran Hotel, a pesar de sus años, no tiene goteras. Ni llueve. Es parte de la escenografía.
En seguida vemos la image proyectada de una especie de Curro Jiménez con sombrero que parece sufrir la tormenta. Y, sin comerlo ni beberlo, por arte de magia, se hace con un violín y empieza a tocar.
Sale de la pantalla (bueno, en las circunstancias en las que estaba no podría afirmar si era cierto o un montaje) y toca.
De repente aparecen en la pantalla tres colgados con instrumentos. Uno lleva un contrabajo, el otro una guitarra, y el último un sa y un laúd.Saen de la pantalla, con la misma pinta de colgados.
Luego uno aparece con bicicleta por algún lugar de nuestra retaguardia, y comenzamos a temernos que sea una emboscada organizada por los tíos de la Caixa para sacarnos más dinero.
Empiezan a tocar todos juntos y, de repente, se ve la sombra de una mujer que canta.
La mujer sale, vestida de blanco y lo que parece un bebé en los brazos.
La primera imagen que se me viene a la cabeza es la de Lucy Westenra, en la película de Cóppola, con el niño en sus brazos.
Resulta que lo que lleva en los brazos es una manta con una flor. Así que estaba intentando dormir una flor. Es muy friki.
Casi tanto como el nombre del grupo.
El grupo se llama llos Moussakis y, ese nombre, se lo pusieron tras zamparse una buena moussaka. No había visto tal alarde de frikismo desde que leí la formación del reino del Ponto, por parte de Mitríades alias 'el Patxi', y sus seis amigotes vascos, Joseba, Chema, Chechu, Andoni, Josujon y jose Mari; que se fueron a la costa sur del Mar Negro y se proclamaron reyes, lo cuál nos da una idea de la bondad de las gentes de la región.
Pero bueno, a lo que íbamos. La actuación fue hermosísima. La integridad física de algunos de los críos peligró en varios momentos, pero todos consiguieron volver a sus hogares enteritos.
El Fiscal vio con envidia como unas niñas de unos tres años bailaban de una manera bastante extraña la música de los Balcanes.
Tocaron la canción del rey David, y la de Im Nin'alu, una versión bastante bonita, con el violinista, Bane, bailando con el violín y creyéndose en una discoteca.
Nos hicieron cantar una canción en serbo-croata. Bueno, los números en serbo-croata, que estaban apuntados en una manta que la cantante israelí usó para torear a Bane.

Cuando el concierto terminó nos quedamos a las puertas del Gran Hotel decidiendo si entrar y asaltar por la fuerza el edificio para conseguir las firmas de los músicos.
Vimos salir al contrabajista y lo asaltamos para que nos firmara. El pobre hombre firmó y volvió a meterse dentro del edificio, obviamente demasiado asustado como para salir a la calle, y seguramente fue a avisar a sus compañeros del peligro que corrían. El violinista, el tíodel laúd y la cantante se atrincheraron en su camerino, mientras el resto del grupo quedó expuesto en la cafetería a nuestro ataque. Y atacamos.
Luego perseguimos a los miembros del grupo por el Gran Hotel para conseguir su firma, su alma, su respeto y, quizá también, su miedo.
Conseguimos las firmas y el miedo.

Para visitar el my space de tan magno grupo de música, debéis presionar el link, si vuestros primitivos cerebros, dotados de funciones más básicas que las de un bacilo de Koch os lo permiten. http://www.myspace.com/losmoussakis

Shallom alleykhem!

सिर थॉमस मलोरी

PD para los miembros de tan selecto blog: quizá no hayáis podido venir por tener en este mismo día unos cuantos genocidios, pero por eso escribo estas crónicas, para que no os libréis de escucharme despotricar de la gente.