Igual que Poseidón obligó a Ulyses a vagar por el Mediterráneo diez años, igual que unas fiebres impidieron que Alejandro conquistara el orbe, igual que una tempestad fustró los planes de Felipe II, igual que el invierno destrozo a la "Grande Armeé" de Napoleón, un inoportuno virus ha torcido nuestra conmemoración del magno acontecimiento, el cumple de H. Los prohombres de la humanidad siempre sufren de la envidia de los dioses. Pero pese a todos los inconvenientes hemos logrado al mediodía celebrar un conato de cumpleaños. Finalmente se ha hecho un claro en la nebulosa de fiebre y diarrea que le acosa, y nos ha permitido este mediodía improvisar una vela sobre un tarta casera. He aquí las fotos, que la historia juzgue a este niño de entereza y valor sólo comparable su homólogo homérico. ( y noooooo me pongo dramático)
2 comentarios:
Leyendo entre lineas, se adivina un cierto orgullo paterno en este post. Es asi o me lo estoy imaginando???
Que va, que va... FURFURACIONES... tan solo el justo reconocimiento a los méritos y virtudes del retoño. Que claramente son un reflejo de los de su padre. Es más creo que he sido comedido, incluso modesto.
Y lo digo desde la objetividad.
Por cierto que tal al otro lado del mundo? Tienes que poner un link a tu blog, que siempre lo pierdo.
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