17 de abril de 2010

Diálogos del metro: London

Aprovechando un congreso, hace unos días fuimos los 7/2 a Londres, donde pudimos ver y utilizar un metro plenamente desarrollado, y no el pequeño anfibio que tenemos por aquí. Hay que decir que a pesar de lo viejo y decrépito que está (especialmente algunas estaciones) funciona admirablemente bien y tiene una gran frecuencia, necesaria por otra parte en una gran urbe como esta, con millones de desplazamientos diarios. Hay que ver que pequeños son los vagones en comparación, y como llegan a ser claustrofóbicos con tanta gente apiñada en un espacio tan pequeño, para que luego nos quejemos del de casa…

En fin, no quiero reproducir esta vez un diálogo, a no ser que se interprete como tal los gestos y las actitudes, sino la falta de tacto y delicadeza de la mayor parte de los londinenses. Porque si bien es cierto que hubo honrosas excepciones que nos echaron una mano con alguna escalera o simplemente nos dejaron pasar sin empujar, la mayor parte de veces no tuvieron ninguna consideración por un bebé y una embarazada. De hecho, me aseguré de que los carritos de bebé no estuviesen prohibidos, ya que con las miradas de enojo que nos lanzaba la gente me lo llegué a cuestionar. Obviamente nadie cedió su asiento a Esther, a pesar de haber asientos claramente marcados para embarazadas (y en su caso es muy notorio su estado), y casi nos atropellan en las escaleras mecánicas (a pesar de dejar la derecha libre para los que iban con prisa). Sin embargo, lo peor solía ser en las escaleras manuales: la mayor parte de estaciones tienen varios niveles a los que se accede por pequeños tramos de escaleras, y aquí si que era la guerra: incluso bajaba gente cuando nosotros estábamos subiendo, viendo que era materialmente imposible que pasasen sin que nos hiciésemos a un lado nosotros.

En fin, que el metro de Londres no es una experiencia agradable para ser recorrida con carrito de bebé: casi no hay estaciones con ascensor, y en las que lo tienen se llenan de gente que bien podría usar la escalera mecánica. Apenas tuve tiempo de escuchar conversaciones, preocupado por el bienestar del pequeño Lord (que estuvo callado y sobrecogido la mayor parte de las veces y no lloró ni una vez en los varios trayectos). Para que luego digan que tienen accesos para minusválidos y otras lindezas, la verdad es que no hay quien transite (y en la calle es casi peor). Como consejo: mejor llevar la mochila.

1 comentario:

Alex dijo...
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