26 de noviembre de 2010

democracia?

Fuente

He remarcado en negrita las ideas que me parecen fundamentales. El párrafo final es definitivo.

Hay una cosa por la que ZP o Rajoy nunca discutirán. Se la han ‘agenciado’ desde la Transición y no van a soltarla así como así. Esa cosa, ¡oh casualidad!, es la madre de todos los corderos; su secuestro por los partidos, causa la corrupción y es la fuente en la que esta bebe todos los días.

Está garantizado, tanto con Rajoy como con Zapatero, con Más y Montilla, y con quien ustedes quieran, que: gane quien gane, no nos va a dejar elegir DIRECTAMENTE a nuestros representantes. Seguirán, los aparatos de los partidos, negándonos la LIBERTAD para elegir. Y mientras eso siga así, garantizamos la corrupción, el despilfarro y la crisis sistémica que vivimos. La cosa seguirá igual.

Todo lo que se denuncie sobre los políticos, la casta endogámica que han construido, su permanente traición a la sociedad civil, el pelotazo de un concejal de urbanismo… lo que se les ocurra, da igual; sea lo que sea, les aseguro que es una variante, facción o derivada de la ausencia en nuestra sociedad de la libertad colectiva de la que les hablo. Todo tiene su origen en el secuestro de la Libertad política por los partidos. No hay tutía. Y mientras la sociedad civil (al menos una parte), no sea capaz de ver la fuente o causa del problema, es imposible darle una solución.

¡Es la hora de la libertad! Queremos elegir, no votar. Pero no se trata de elegir por elegir, no, no se confundan; la balanza estaría incompleta. Lo que más anhelamos, lo que de verdad echamos de menos, más aún que elegir a nuestros representantes, es tener la potestad para echarlos cuando nos traicionan. Si se corrompen o son desleales con sus electores, ¡a la calle! No hay tutía.

Libertad política es aquella que permite a los gobernados elegir y deponer a sus gobernantes. Es fácil caer en el error de considerar la libertad política como una consecuencia natural de las libertades civiles (como la libertad de expresión, de asociación, etc.) e identificarla con el derecho al voto. Nada más lejos de la realidad. La libertad política presupone la existencia de libertades civiles, pero no a la inversa: la existencia de libertades civiles no garantiza la libertad política. Para asegurar la existencia y permanencia de la libertad política en una verdadera democracia, los mecanismos necesarios deben estar incorporados a las reglas recogidas en la constitución ( separación de poderes y representatividad)

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