27 de enero de 2009

El Comentaro del Odio: Crónicas del Mediador; Preludio

Mi masoquismo me supera.
Eso ya lo sabía, por supuesto. Es más, debí habérmelo imaginado. Cuando el que fuera director de mi instituto pasó por la puerta y nos pidió que cerrásemos los ojos, me imaginé lo peor.
Tras cinco minutos concentrándome en el aire que entraba por mis fosas nasales, frío, y salía, caliente, para después imaginarme que al entrar era de un color dorado y, al salir, azul oscuro, nos dejó abrir los ojos.
Él seguía allí, cosa que pude haber deducido por haber pasado el lapso de tiempo que nublaba mi visión sin poder desconectar mi audición. Al comprobar que, efectivamente, estábamos más relajados, procedió a exponer el motivo de su visita.
Me di cuenta de que eso venía precedido por la inevitable declaración de principios, que dura diez minutos, nos habla de la mediación que, según su entender, consistía en aprender a ponerse en el lugar del otro y saber escuchar.
Cuestión, qe no sé cómo, ni por qué, me he apuntado a esos cursos, y los primeros miércoles de febrero, de 14:00 a 15:00, me voy a ver obligado a volver a esa cárcel infernal de la que muchos pujan por salir.
Lo bueno es que quizá me dé material para el blog.

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