Parece que todos estáis informados de que ahora soy un tullido y engordo las listas de bajas laborales en la seguridad social, situación que por lo visto es muy común en algunas comunidades autónomas. Sin embargo mi situación es real y afortunadamente transistoria y tiene la ventaja o desventaja de proporcionarme incontables horas en mi casa sin tener nada mejor que hacer que sacarme los mocos con dedos aparentemente inútiles para tal efecto. Si fuera más joven me dedicaría a masturbarme pero con la edad surgen otros intereses, como el de daros la brasa con una entrada en el blog.
Todo sucedió jugando a futbito, sí, ya sé que el deporte es malo, sobre todo cuando se es friki, pero ahora no puedo volver atrás. Sucedió en lo que se llama un "lance del juego" que traducido significa "metiste la pierna donde no debías, so capullo". Tras el intenso dolor inicial y comprobar que la hinchazón de mi tobillo era evidente hasta para los miopes, me empecé a preocupar de que quizá aquella torcedura fuera un esguince más serio que otros, especialmente porque no podía doblar el pie, no respondía a las órdenes de mi cabeza.
Mis compañeros en un alarde de generosidad, que en ningún caso se podría haber esperado de mí de haber sido ellos los postrados en tal situación, me acompañaron conduciendo mi coche hasta casa. Allí me esperaba mi facultativa particular que me llevo a urgencias, yo por mis experiencias anteriores pensaba esperar al día siguiente.
Tener un médico en casa tiene sus desventajas, comparado con lo que ve en el curro, nunca tienes nada grave y no te hacen caso y sus ventajas puedes ir directito a urgencias y no esperar demasiado. Sin embargo la médico que me soporta es pediatra y me llevo a pediatría... ¡Dios mío, que humillante¡, ni que decir tiene que mis 80 kg con barba, allí destacaban de manera notoria. ¡Qué vergüenza!
Dicho esto aparece el traumatólogo, y me empieza a tocar el tobillo, como a él no le duele, lo toca como si fuera el carnicero delante del solomillo. Yo, en mi inocencia, pienso que lo que pasa es que no sabe dónde me duele. Me decido a emitir gemidos de dolor cada vez que me toca. Al ver que no desiste en su sádica actitud, decido ser un poco más directo.
- Digo "Ay", por si quiere saber donde me duele.
- Ya sé que te duele y dónde-- Toma castaña, encima tortura por placer.
Y con una sonrisa me dice;
- Tienes rotura completa de los ligamentos del tobillo. (eso no suena bien, pienso para mí). Vamos que te has roto todos los ligamentos- y pasa a señalarlos- este, este y este y también la cápsula anterior.-- A decir verdad dijo los nombres, pero como no se llaman ni Pepe, ni Pedro, ni Juan, ni nada por el estilo no me quede con ellos.
Así que aquí estoy con una semana de férula, 4 semanas de yeso y unos 4 meses más de rehabilitación hasta que el pie esté completamente "funcional" (según sus propias palabras). Lo que me deja la duda de qué quiere decir funcional, ¿quiere decir que tardaré 5 meses en caminar?, ¿que tardaré cinco meses en volver a correr?.
Además según él, el curso se ha acabado para mí. Yo soy más optimista y espero volver antes de que acabe.
Ahora estoy atrapado en casa, con la pierna en alto y con la tele en silencio, qué mala es por las mañanas!, ahora por ejemplo, mientras escribo habla un señor con un cartel que pone "Adiós a las pérdidas de orina", debe ser un tema con enjundia porque están con ello desde que me he puesto a escribir esto.
1 comentario:
las pérdidas de orina serán la imagen del siglo XXI
Publicar un comentario