25 de mayo de 2009

La Columna del Amor y el Respeto: El Ciclo Barroco

Como evitar nombrar una obra que he estado leyendo durante nueve meses es una tontería (a falta de cualquier otra palabra debidamente ofensiva), y llegarse aquí para resumir en unas líneas lo que he leído (y disfrutado) en tres mil páginas sería indecente, inútil y completamente estúpido por mi parte -además de que, francamente, se trataría de una forma de spoil bastante grosera-, decido expresar, en unas pocas líneas y para no cansar ni al lector ni a mis dedos, una opinión de qué me ha parecido el libro (los ocho libros).
Cronológicamente, el Ciclo se divide en dos etapas: de 1665 a 1701 y, después, de 1713 a 1714. Durante ese tiempo (Gran Incendio de Londres, la Plaga, Asedio de Viena, Rebelión de Monmouth, Revolución Gloriosa, Guerra de los Nueve Años -y su posterior, de 1701 a 1713, Guerra de Sucesión-, sucesión Hannover al trono de Inglaterra, etcétera) los protagonistas de la novela participan en acontecimientos históricos que no buscan -o que provocan deliberadamente- actuando según sus propios intereses en una sátira (que pronto se torna oda) al carácter inglés. Aparte del carácter histórico, el carácter de filósofo natural tiene tal importancia que un estudiante de cuarto de ESO científico a veces se ha visto negro para pode seguir las descripciones del autor (Neal Stephenson), y que la convierte en una especie de novela divulgativa de conocimientos.
Por otra parte, en cuanto a la trama, el hecho quizá más hermoso -por utilizar algún adjetivo que haga realmente justicia a la saga, fuera de cinismo- es que la novela no deja cabos sueltos. Es decir, si al principio del libro algún personaje parece haber quedado descolgado de pronto te encuentras con cien páginas explicando su relación con los protagonistas y probablemente acabe convirtiéndose en villano o en héroe (recordemos al célebre Padre Ed, o a Dappa).
En conjunto, que aunque me haya leído tres mil páginas sobre la historia de la creación del mundo modernos, vive Dios que me leería tres mil más.

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