Cuentos de Scotchland: Laser Pointer

Buenas, aquí estoy de nuevo, con el estado civil distinto pero con el mismo desdén por algunos especimenes y situaciones de Scotchland. Sin embargo, hoy sólo voy a comentar brevemente un momento glorioso: hace tres años recibí como regalo de algunos de los miembros de nuestro reverso un puntero láser. Éste tuvo un momento estelar en el congreso de Palma de hace unas semanas (del cuál ya hablaré en otra ocasión en que tenga más mala baba), cuando me lo pidieron incluso prestado, ya que los de la sala de conferencias no se veían. ¡Quien iba a decir que el trastito iba a ser tan útil!

La lástima es que no le pusiese algunos de las imágenes graciosas que incluye para mi propia charla (como el símbolo de victoria, una chica, un ovni y otros). Al día siguiente lo dejé puesto (conocía al primer speaker y sabía que la broma le agradaría), pero por culpa del atasco llegué tarde y no pude ejecutar el plan de darle un puntero “ovni”. En fin, algún otro día caerá. Gracias de nuevo por el regalo.

Por cierto, cada uno forma su ejército del mal a su modo: yo he conseguido que mis estudiantes de doctorado aborrezcan los ordenadores y a sus usuarios (se me cayó la lagrimilla cuando los escuché criticando un póster en el congreso), y se dediquen sólo a cálculos de lápiz y papel. Como siga así, voy a crear tensiones en el grupo con la gente que sólo se dedica a correr códigos sin saber ni qué significan los parámetros ni qué ecuaciones resuelven…

Cheers!