3 de junio de 2010

La columna del odio: Hoy, La Roja

No ha empezado el mundial de Sudáfrica y ya estoy hasta los cojones de la selección española, que ahora llaman la Roja en un patético intento de copiar lo que se hace en otros países demostrando que los periodistas deportivos no son más que insustanciales aficionados elevados a la categoría de cronistas de lo inútil. Vamos lo que serían los componentes de una tertulia de bar de toda la vida.

A ver, a mí como al que más me gusta ver los partidos del Mundial, un Inglaterra-Italia, un Brasil-Argentina etc. Pero este año estoy comiendo Mundial hasta en la sopa. Parece como si todos los anunciantes del país hayan decidido que patrocinar algo relacionado con el mundial les reportará pingües beneficios en estos tiempos en que hay de todo menos pingües beneficios. Podrían patrocinar alguna campaña para limitar el alcance del SIDA en aquellos países, pero quiá, el Mundial mola más.

Todo ello se debe a que la selección española ganó la anterior Eurocopa y en una relación causa-efecto digna del mejor charlatán es automáticamente superfavorita para ganar el Mundial y como vivimos en un país en el que todos tienen un buen trabajo, la comunidad internacional mira a nuestro gobierno con admiración y la oposición demuestra que le interesa el bien del país más que un puñado de votos pues entonces nuestra mayor preocupación es la selección que NI SIQUIERA HA EMPEZADO EL MUNDIAL, llevo días soportando al final de los informativos horarios de la radio (esos que duran cinco minutos) informaciones interminables e inútiles sobre si a fulano le duele el pie o mengano hoy no ha podido evacuar. ¡Que se vayan a la mierda! ¡A la mierda! ¡Que no quiero saberlo, que me da igual! No voy a ver ningún partido de España fiel a mi costumbre, igual que dejé de ver la Fórmula 1 cuando se convirtió en Formula Alonso. Me repudia el hecho de que por ser de un lugar más cercano a donde nació Pau Gasol tengo que desear que su equipo gane y él meta muchos, muchos puntos y así demuestre que en este país somos los más mejores y que si no somos la envidia del mundo entero es por menudeces como políticos ladrones, gobiernos ineptos y catetos que no estudian y se van a la obra.

A veces me da por pensar que el gilipollas debo ser yo, y que el diario Marca en realidad es más serio que por ejemplo The Economist o el New York Times y que vivo en un tremendo error preocupándome de reciclar, de cómo saldremos de la crisis (si mal o peor), de hacer bien mi trabajo para conservarlo, de que la educación debería ir mejor pero mientras haya pan y circo... ¿Viviría mejor siendo ignorante y pintándome los colores de la selección y ver el partido rodeado de otros obreros sudorosos y, hoy en día, en paro y sin futuro? Puede que sí.

Soy el primero al que el deporte le gusta, pero lo de ahora se pasa un poco demasiado. No me siento identificado por un grupo de personas que ganan una cantidad indecente, pero muy indecente de dinero. No quiero sentirme feliz por los logros de esas personas. Sobre todo porque el dienero que recibirán por estar ahí, también lo pagamos nosotros, al menos en parte. Y el dinero que ellos reciben de sus clubes también en parte "lo pagamos" nosotros en forma de esas deudas con la Hacienda Pública y la Seguridad Social monstruosas en el caso de los clubes enormes. Y es que, que un club con deudas con Hacienda se permita el lujo de pagarle a sus trabajadores más de 10 millones de euros al año es una puta vergüenza.

Lo dicho, HASTA LOS COJONES DE LA ROJA!!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Peor estoy yo, que estoy hasta los cojones del fútbol y de que cada día del año sea noticia que un equipo de fútbol ha entrenado. Pero bueno, ya se sabe, en tiempos de crisis hay que tener entretenida a la masa. Panem et circem.
Profesor X