6 de noviembre de 2007

La Columna del Odio: Las Compras de mi tío

Acabo de volver del supermercado, y ha sido horrible. No estoy acostumbrado a hacer ejercicio, y aunque las compras no suponen un gran esfuerzo, ésta sí.
La verdad es que se veía venir, o tendría que haberlo visto venir cuando cogió una suma de dinero bastante alta, demasiado alta. Bueno, antes decir que lo que ha pasado se debe a unos cálculos más optimistas que los de Hitler desde el búnker por parte de mi tío, sobre mis fuerzas. Bieno, todos los que me conozcan sabrán que no soy un chico especialmente fuerte, ni especialmente fuerte ni nada, no soy nada fuerte; pues bien, resulta que mi tío tiene la extraña tendencia a creer que sí.
Llegamos al supermercado, y cual no fue mi sorpresa cuando vi que cogía un carro de la compra. Yo ya había visto tales artilugios, pero aquél me causó un impacto psicológico terrible, pues estaba al tanto de la fama de mi tío, y sabía que su venaza heavy podía salir en cualquier momento. Así pues, con el corazón en un puño, seguí a mi tío hasta el interior de La Tienda. Vi con horror como se dedicaba a llenar el carro, y además lo hacía de una forma muy peculiar. Yo cogía dos botellas de agua, él cogía otras dos, y me decía que cogiera cuatro, cuatro latas de comida para gatas (son mis bestezuelas, algún día dominaré el mundo con su ayuda), cuatro de lentejas (para el Holocausto Nuclear Inminente), cuatro de zumo de naranja (me enganché a esa porquería durante el verano), y cuatro de otras muchas cosas.
Veía como todos los horrores de mi infancia se veían reflejados en la cara de mi tío (el Payaso Pepe, el Butanero, Aquél a quien no Nombramos, y otros más), mientra el carro se iba llenando, y mi tío no cesaba, más y más pesaba el carro (yo no lo notaba directamente, pero esa vision era desoladora), y por un momento (Xu me perdonará) creí que había entrado en una especie de bucle eterno del que no saldría jamás, pero no tendría ningún reparo en acabar con ese bucle de la única manera que se me ocurre (digo esto porque sé que es incapaz de usar el Google bien, jeje). Llegamos a las cajas y el carro estaba a rebosar.
Tras pasar la compra nos encontramos con un importante dilema, cómo llevar la compra. Ni que decir tiene que mi tío estaba ya en plan Supermachoman y que quería intentar llevarla toda de un solo viaje, había entrado en esa especie de furia berserker que los estudiosos denominamos furia Coronado. Cogió unas bolsas, cogió más bolsas, y me obligó a coger bolsas que a duras penas podía sostener. Claro, yo no quería decirlo hasta que se hubiera calmado y dejado de soltar espuma por la boca, en mi mente me imagino dándoles su merecido a todos los clientes, por estar allí, a la cajera, por vendernos eso, todo esto escuchando el Danubio Azul de Johann Strauss, muy alto, tan alto que mi tío heviata lo pudiera escuchar (él dice que tantos años de escuchar Heavy muy alto no le han dejado sordo, pero o yo hablo muy bajo o él está casi tan sordo como su padre, que menuda pieza también).
En fin, al final optamos por coger el carro de la compra y llevárnoslo a casa, para devolverlo. Mi Odisea particular no acaba aquí, pues cuando tenemos que llevar el carro por la vía del tren de Sóller, lugar en el que mi tío debe admitir que quizá no sea tan fuerte como él cree, de hecho, me dice que de todos los sobrinos que hay, le ha tenido que tocar uno tan flojucho. Bien, yo soy flojucho, pero eso ya lo sabía, y él sigue empeñado en que no. Al llegar a la entrada de la casa debemos subir los cuatro pisos que restan hasta mi apartamento a pie, cargados. Vamos haciendo viajes, él coge bolsas, sube conmigo... y se queda arriba chateando, mientras yo debo subir el resto e ir a La Tienda a dejar el carro.
¡¡¡Dios me perdone, pero lo odio casi tanto como al sujeto M'!!!

5 comentarios:

Dr. Muerte dijo...

Cuando cargues con tus ordas gatunas para dominar el mundo, empieza por la casa del Sire. disfrutarás viéndole revolcarse sobre su propio moco/espruto.

Unknown dijo...

Eso sería demasiado cruel. Podría simplemente colgarlo de los pulgares, con un peso en los pies, hasta desmembrarlo. O no, quizá sería muy rápido. Me vengaré del 10, 10, 9!!!!!!!!!!1

Unknown dijo...

llamadme observador pero... detecto un poco de rencor...
la ira buena es... joven Thomas Malory... la ira fuerza.... te da... umhhh...
además fuiste mediocre en la última evaluación y en tu caso la mediocridad es imperdonable, no eres como tus compañeros, para la mayoría de ellos, la mediocridad es su objetivo inalcanzable.

Unknown dijo...

No tengo rencor, pues sacar un 9 siendo mediocre, es alg sólo propio de un ser como yo, Maestro.

Anónimo dijo...

sinceramente, esto último no lo he leído, he leído cosas anteriores y... sois raro, muy raro y no hay insulto (que es lo que acostumbro a hacer por los blogs ajenos)ante tal alarde de originalidad... no podría con alguien que cita a Nietzsche...




**Si hubiera Dios, cómo podría yo no serlo...**