17 de agosto de 2005

La columna del odio: Los "surfistas" domingueros

Bien, al final mis amigos consiguieron llevarme a la playa. Odio ir a la playa, no porque esté llena de arena, que ya de por si debería ser motivo suficiente, no, yo odio la playa porque está llena de gente; familias profesionales del picnic, niños que corren y gritan como pollos sin cabeza, italianos marcando músculo, españoles marcando paquete, mujeres entradas en carne en tanga, parejitas dando rienda suelta a su pasión, adolescentes gritando sandeces y si la playa está un poco apartada tíos gordos en pelotas. Pero ese es el paisaje habitual con el que me explayaré otro día. El verdadero problema de la playa en verano surge cuando hay un ligero oleaje, es decir, unas olitas mediterráneas de a lo sumo metro y medio y entonces aparecen ellos: los surfistas.

Me recuerda a la película de “Poltergeist”, llegas a la playa, ves las “olitas” y sabes lo que pasará, esperas un rato y entonces… “Ya están aquiiiii”. Noooo, prefiero que me sienten sobre un nido de hormigas africanas caníbales, no mejor que los sienten a ellos, o mejor incluso, que los empalen con su tabla de surf sobre el hormiguero y los cubran de miel al sol para que así los insectos se los coman poco a poco. Porque intentar hacer surf donde no se puede, es tan estúpido como jugar a fútbol en un campo de tenis o matar moscas a cañonazos

No se darán cuenta estos interfectos que esto no es California, ni Sudáfrica, ni Hawai… y es que siento vergüenza ajena de que algún día aparezca en la playa uno de los que de verdad hacen surf y los vean, seguro que se reirá una semana seguida. Yo creo que lo que les pasa a estos parias de la tierra es que tienen una necesidad insaciable de imitar aquello que han visto en la tele, acaso si me gustan las pelis de vaqueros me visto de John Wayne?? porque no solo intentan la gilipollez de intentar de hacer surf donde obviamente no se puede, sino que también imitan el resto del pack, es decir, tatuajes sacados de la peor película de serie B, bañador colorista, moreno cabrón, plancha con pegatinas y una novia que los espera y que generalmente tiene una tetas demasiado grandes para ser naturales y un cerebro demasiado pequeño para ser artificial, tan pequeño como el de sus novios que cuando ojean a su alrededor notas en su mirada que se creen admirados por el resto de la playa, cuando en realidad lo que espera el resto de la playa es que aparezca o bien una ola de 3 metros de verdad o bien aparezca el mejor amigo del surfista, a saber, el tiburón blanco… si el otro día hubiera aparecido un escualo de 6 metros a masticar tablas de surf, yo me hago católico para celebrar la aparición

Si su presencia ya afea la playa cuando se encuentran fuera del agua porque parecen copias baratas de series como los vigilantes de la playa (que ya era mala la original) dentro del agua la cosa empeora porque no tienen ni puta idea de surf, lo cual seguramente en su vida no debe suponer una novedad ya que no creo que tengan ni puta idea de nada, deberíamos meterlos a todos en un campo de concentración lleno de bibliotecas. Dentro del agua esta gente son un peligro, más de una vez mi cuerpo se ha visto embestido por las tablas de alguno de estos gilipollas, que además para sorpresa mía luego me recrimina que vaya con cuidado, que vaya con cuidado él, que a mi lo único que me impide cometer un asesinato en ese momento es que es ilegal, no que sea inmoral. Es que manda huevos, estos además de ser jefes y máximos exponentes de la estupidez humana se creen los reyes de la playa, reyes de la sífilis deben ser, porque no se puede tener el seso más blando.

Fdo: Xu

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