6 de julio de 2005

anecdotas, hoy luis XIV el Rey Sol

En una ocasión en que Luis XIV llegó a un pueblo de la Provenza, acudieron a cumplimentarle las autoridades locales. Era mediodía y el rey tenía hambre. Por eso, cuando el alcalde inició su discurso diciendo: - En la más remota Antigüedad, Alejandro Magno... El rey le interrumpió diciendo: - Alcade, Alejandro Magno había comido y yo no. Y, dando media vuelta, le dejó con la palabra en la boca.

Alguién con dos pelotas ( y ganas de perderlas ) podría haberle redactado la enorme lista de cosas que el Gran Alejandro había hecho pero él no podría hacer ni comiéndose toda Francia, mierda de gabachos¡¡.
A mi de este estilo me gusta más la que se cuenta de Cesar que estando en las columnas de Hércules frente a la estatua de Alejandro, se puso a llorar y cuando le preguntaron, dijo que era porque a su edad Alejandro ya había conquistado todo el mundo conocido y él apenas le estaba pudiendo seguir los pasos.
y yo aquí..... uffff , creo que me iré a cortar las venas cuando termine. Si es que nos han dejado el listón muy alto CABRONES¡¡¡¡¡¡

Según Voltaire cuando en 1706, Luis XIV tuvo noticias de la derrota de sus ejércitos en Ramillies frente a las tropas del duque de Malborough, comentó: - Parece ser que Dios no recuerda lo mucho que yo he hecho por Él.

Que rabia da que a mi nunca se me ocurran frases tan buenas, hasta este lelo francés era original. En unos días escribiré una relación de frases ingeniosas de grandes personajes ( que desde luego incluirá a Groucho )

Cuando notificaron a Luis XIV la muerte del cardenal Mazarino, le dijeron: - Majestad, el cardenal ha entregado su alma a Dios. Y el rey, que no sentía demasiada simpatía por el cardenal, respondió: - ¿Estáis seguro de que Dios la ha aceptado?

FESTIVAL DEL HUMOOOOOOR, hay que joderse... aunque la verdad es que no le faltaba la razón porque Mazarino fue el sucesor ( muy digno ) de Richelieu en el gobierno de Francia.

Cuando Luis XIII estaba agonizando, llamó a su heredero, el futuro Rey Sol. Luis XIV, a su lecho de muerte. El niño sólo tenía tres años y el padre, para quitar dramatismo al momento, quiso jugar con él y le preguntó: - A ver, pequeño, vamos a ver si sabes cómo te llamas. Y el niño respondió: - Luis XIV, señor. No cuenta la historia cuál fue la reaccióndel moribundo al escuchar la respuesta de su hijo y heredero, pero lo cierto es que falleció muy poco después y el niño se convirtió en rey.

Lo que se denomina apuntar maneras

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