13 de septiembre de 2005

Mi columna del odio chispas

Hoy por fin me estreno con mi particular columna del odio.

Mentiría si dijera que nunca antes había odiado, he odiado y mucho.

He odiado a mucha gente y a muchas cosas, pero por motivos diversos el tiempo me ha permitido sobrellevarlo con mayor o menor fortuna.

En algunos casos ya he olvidado, en otros sólo queda ya un resquemor con algún rebrote puntual de mi odio confesado hacia cierto concesionario de coches, algún compañero de carrera o cierta delegación de tráfico.

Pero hoy vuelvo a recordar claramente lo que es el odio más profundo.
Torquemada ¿donde estás cuando se te necesita?

Hoy Jacobo es 100% odio, sin aditivos ni conservantes, el odio me consume como fuego corriendo por mis venas.


Golpear salvajemente, desmembrar, golpear, azotar y después bañarlo en sal.

Coger un bate de baseball y golpearle la cabeza como si fuera una Sandía.

Provocar dolor, sufrimiento extremo, que se retuerza entre gritos de dolor.

Agarrarlo del cuello y apretar mientras disfruto al ver como su cara se va tornando azul y sus ojos se salen de las órbitas por la presión.

Arrancarle los miembros uno a uno, poco a poco, dedo a dedo, brazos, piernas... sacarle los ojos y hacerselos tragar.

Cortar la lengua, la nariz y las orejas, arrancar la cabellera, untarlo en brea, rebozarlo en gravilla, bañarlo en gasolina y prenderle fuego.

Dejarlo en la puerta de su casa clavado en una pica, y decirle a su madre "Lo siento señora, pero su hijo ha suspendido... no está preparado para la vida en sociedad. Por cierto tiene hermanos?".

Eugenesia, solo en estos momentos tiene sentido, ese hijo puta puede tener descendencia.

Por si os interesa saber que ha pasado, un subnormal decidió el otro día que podía ser divertido romperme el retrovisor del coche de una patada. Poniéndo las cosas en contexto no es nada que no pueda solucionarse con dinero, pero no puedo evitar preguntarme que saca de provecho con sus actos un mendrugo de estos.

Habiendo por fin hecho uso de la columna del odio, he de admitir que me siento mejor, aunque claro, me sentiría mejor si pudiera hacerle cualquiera de las cosas anteriorimente dichas (y las que no he dicho porque me he autocensurado) al desgraciado de turno.

4 comentarios:

Xu dijo...

Sabíamos que volverías a la senda de la Iglesia cual hijo pródigo.

Ve y odia.

Unknown dijo...

di que si campeón, eres nuestro paladin del odio¡¡¡¡

La Mediana dijo...

Comentario jocoso:

Como han osado a tocar tú coche¡¡¡¡¡. Admite que a veces tienes ramalazos de macarra tuneador

Unknown dijo...

no le hagas ni caso, a mi algún "hijolagranputa" me ha robado la antena de la "fragoneta", le dedico también a ael tu columna del odio.